Natalia, empeño imparable

En movimiento constante, explora su entorno cada mañana mientras pedalea las 32 millas acostumbradas en una de sus cinco bicicletas. Los fines de semana añade unas 20+ millas para completar su dosis semanal de aventuras. Como si el tiempo se plegara sobre sí, se desplaza sobre sus ruedas preferidas trayendo de vuelta el cálido abrazo de los momentos felices de su niñez en el campo caribeño.

La nostalgia le ataca y se da cuenta que su crianza dista mucho de lo que los niños experimentan hoy día.

“Nuestros hijos están más resguardados que cuando yo crecía.”

En aquellos tiempos, ella jugaba libremente afuera todo el día, hasta hacía pequeñas hogueras con sus primos y, claro, corría bicicleta.

“No estoy segura si existe tal cosa como un ideal de felicidad, pero ir en mi bicicleta en la madrugada, cuando todos duermen o apenas se despiertan, ver el amanecer y a los animalitos, los pájaros volando, eso siempre me hace feliz.”

Después de que sus funciones en el trabajo fueran suspendidas en abril 2020 (una triste realidad que muchos han enfrentado este año) comenzó un diario filmando sus paseos en bicicleta. Esto, que ahora produce mensualmente para compartirlo en sus redes sociales, se ha convertido en una forma de inmortalizar todas las cosas buenas y a las personas que el ciclismo ha traído a su vida.

“Es viajar sin pasaporte.”

Este proyecto reconcilia su carrera en telecomunicaciones, edición de videos y producción con su amor por la naturaleza, el ritmo, las bicicletas, el divertirse en buena compañía y el sentido de comunidad que rodea a esta actividad abarcadora que es el ciclismo.

Ahora, ella está de vuelta en el trabajo, pero realiza toda su alquimia como coordinadora de producción desde la casa, variando entre programar sesiones fotográficas o de grabación de videos, entrevistar personas y editar videos tanto en inglés como en español o francés.

Nada le molesta más a su espíritu explorador que una rutina aburrida y el estancamiento. Desde que tenía quince años, ha saltado entre cuatro estados en EE. UU., incluyendo Florida, Georgia, Carolina del Norte y Washington. Dio a luz a sus hijos en Francia, donde estuvo cinco años y estudió el lenguaje.

Antes de eso, vivió un verano en Irlanda cuando tenía 22. A esa edad, solo quería ver el mundo. Se compró un boleto, aterrizó en Dublín, se quedó en un hostal y rápido encontró trabajo y una habitación de alquiler para su estadía prolongada. Fue así como cada fin de semana descubrió una tras otra maravilla de la tercera en tamaño entre las islas europeas.

“Si tengo una meta, me aseguro de alcanzarla.”

Este Día de Brujas, se retó a recorrer 101 millas en bicicleta durante la carrera del siglo CAAM To the Beach and Back. Realmente no se detiene; así que la pereza no es una actitud que pueda entender.  Ella cree que nos debemos el ser actores en nuestras vidas y no solo observadores. Esto puede relacionarse con el sentirse un poco impaciente en ocasiones y ser vista como testadura e intensa.

“Siempre trato de ser mejor, pero lo cierto es que todos somos lo suficientemente buenos tal como somos. Solo tengo que aceptar que no hay nada de malo con cojerlo suave en la vida a veces.”

Mientras trabaja en su paciencia y espera a que se vacíe el nido para irse de excursión en bicicleta y quizás volver a mudarse a Carolina del Norte, esta mujer independiente y apasionada valora muchísimo la familia y la amistad.

Necesitamos tener nuestra tribu para compartir la vida. ¿Cuál es el punto si no tenemos con quien compartirla?

Hasta que se gradúen y vayan a la universidad, cuidar de sus hijos, ambos ya en la escuela superior, es su prioridad. Está orgullosa de poder cuidar a sus hijos por su cuenta desde hace ya siete años, algo que le presenta el reto de dividir su tiempo para las cosas de ellos y cuidar de sí misma.

“Siempre me cuestiono si estoy haciéndolo bien como madre, pero luego veo lo maravillosos que son mis hijos y pienso que me va mejor de lo que creo. Ver a mis hijos prosperar me hace sentir que hice lo que tenía que hacer.”

Si hay algo que sobresale de Natalia es que no se deja definir por las circunstancias y tiene claro lo que le gusta y quiere en la vida. Siendo honesta y auténtica, valora los actos que nacen de la bondad en vez de buscar agradar o caer bien. Habiendo visto como las mentiras y el engaño han destruido a otros, su código de honor se basa en ser siempre sincera.

“Me agradan las personas de mente abierta capaces de repensar como interpretan los asuntos y de adaptarse a nuevas formas de pensar. Me gusta la gente que se adapta, resistente, amable, cariñosa, creativa, alegre y auténtica. Respeto más a las personas cuando se mantienen fieles a sí mismos y se presentan tal como son.”

Para Natalia, esto puede complicar las cosas cuando alguien la decepciona. Después de todo, ya una vez pasó por una separación muy difícil que la lastimó.

“Prefiero decir una verdad incómoda que una mentira.”

Aquella vez no fue fácil, pero hoy por hoy mantiene viva la chispa brillante y juguetona que le da fuerzas. Lo cierto es que sanar toma tiempo. Después de tal disgusto y angustia, caer presa de sentirse incapaz de recibir amor, especialmente cuando se es una persona que ama y se compromete seriamente, puede ser desalentador. El reto mayor es no darse por vencido en cuanto al amor y las relaciones, aun cuando pueda ser realmente complicado.

“Me gustaría conocer a alguien y tener una pareja a quien ame y que me ame.”

Mientras llega el compañero con buen sentido del humor que la haga reír, ella sigue viviendo al máximo. Tener la oportunidad de vivir y dar lo mejor de sí cada día es todo lo que le hace falta para inspirarse a seguir adelante.

“Me siento agradecida por todo lo que tengo.”

Ella no da por sentado que la gente a su alrededor emane buena energía. Tener buenos amigos y una familia que la apoya hace que todo valga la pena. Además, pasar el rato con ellos y hasta sacar de quicio a alguno con sus bromas lo hace más entretenido.

Esta animada ciclista también es amante de la música. Recientemente, le pidió a su hijo que le enseñe a tocar The Secret Life of Daydreams de Dario Marianelli en el piano. Para cualquier madre, que un hijo adolescente acepte este reto es todo un logro. Ya vemos el lazo hermoso que tiene con él y así también es con su hija.

Cassis y Mango, las hermanas felinas que viven con ellos, confirmarán que su humana es intrépida, confiada y puro fuego, pero a la vez excelente cuidadora, entretenida y amorosa.

En fin, ella sigue así, jugando con los colores del arcoíris que se asoman a través del cristal de los carillones de viento en su ventana y defendiendo lo que cree correcto y necesario en la vida. No hay momentos aburridos cuando conoces a alguien como Natalia, alguien que vibra con tanta intensidad.

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